El Sistema Interamericano de Derechos Humanos, al igual que su homólogo europeo, se ha constituido como una entidad internacional de enorme relevancia en el horizonte jurídico y político de las sociedades occidentales. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) ocupa el lugar central en el primero de ellos y, en los treinta y seis años de su actividad, ha alcanzado un gran reconocimiento a su labor. Entre los diversos factores que sustentan este éxito, obtenido muchas veces en contextos políticos poco propicios, ocupa un lugar preeminente una interpretación de la Convención Americana de Derechos Humanos que dista de las restricciones de una hermenéutica formalista o mecanicista. La Corte IDH, y de manera acentuada a lo largo del tiempo, ha desarrollado una interpretación progresiva y dinámica de múltiples aspectos relevantes jurídica, moral y políticamente. En este último sentido, los casos contenciosos, las medidas provisionales y las opiniones consultivas de sus jueces constituyen un elemento central en la conformación de las características del denominado nuevo constitucionalismo latinoamericano y de alguno de sus temas, concepciones y valores fundamentales. Estos elementos desbordan un análisis meramente jurídico y requieren el análisis de sus presupuestos filosóficos subyacentes. El objetivo de esta investigación es desarrollar esta aproximación filosófico-política de los diversos conceptos, teorías, doctrinas e ideologías que subyacen a las decisiones, tanto consultivas como contenciosas, formuladas por la Corte IDH.